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Estabilidad Escapular

Lograr una mayor estabilidad en los hombros es uno de los objetivos del método Pilates. Ya que logrando una mayor estabilidad es posible realizar diferentes movimientos y mantenerser en ciertas posiciones de una manera más fácil y fluida. Tener unos hombros bien alineados es importante ya que nos va a liberar la tensión de la espalda superior y del cuello, sin que esto nos reste eficacia en lo que hacemos.

Los hombros deben mantenerse hacia abajo, enganchando o activando los músculos que recubren la escápula u omoplato, activando además el músculo serrato mayor (ir a página síndrome cruzado) el cual se debilita por falta de entrenamiento, lo cual hace que el cuerpo tome una posición inclinada hacia adelante, poco funcional y estética.

Antes de continuar revisemos este artículo donde se explica muy bien todo lo relacionado con el complejo articular del hombro:

Artículo

El complejo articular del hombro

lunes, 30 de octubre de 2006

Autor: Julio Martínez Rodríguez
Diplomado en Ciencias Empresariales. Diplomado en Educación Física.
Técnico Superior FEDA en Fitness y Entrenamiento Personal.
Entrenador nacional por la Federación Española de Halterofilia y Físicoculturismo.

La cintura escapular se define como el conjunto de estructuras que conectan la extremidad superior con el tórax y permiten su movimiento respecto a éste. La función del hombro es (en asociación con el codo) orientar la mano en el espacio para una función eficiente. Este complejo comprende una serie de articulaciones cuyo número varía dependiendo de los autores. La mayoría habla de cuatro: glenohumeral, acromioclavicular, esternocostoclavicular y escapulotorácica. Otros incluyen la subdeltoidea y, algunos, la denominada coracoclavicular. Es decir podemos encontrar hasta seis articulaciones en este complejo articular. A la hora de analizar el movimiento son dos las articulaciones verdaderamente importantes: la glenohumeral y la escapulotorácica.

ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL

Se trata de una articulación diartrosis tipo enartrosis, es decir, una "bola en un platillo". Tiene por tanto tres grados de libertad. Permite, en consecuencia, movimientos en los tres planos.

Sus superficies articulares son la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea de la escápula. La cavidad glenoidea es poco profunda respecto al tamaño de la cabeza humeral, de hecho solo contiene, aproximadamente, un tercio de ella. Esto quiere decir que estamos hablando de una articulación con muy poca congruencia y, como consecuencia, poca estabilidad. La contrapartida es que tiene mucha movilidad (lógicamente: para poder realizar toda la cantidad de movimientos que podemos hacer con las manos).

Este tipo de estructura provoca que esta articulación sea potencialmente susceptible tanto de problemas estructurales como de cambios degenerativos.

La profundidad de la cavidad glenoidea es incrementada por un anillo (de fibrocartílago según algunos autores, de tejido fibroso denso según otros) que la rodea denominado "labrum glenoideo". Por otra parte encontramos que la cápsula articular es dos veces mayor que la cabeza humeral, esto ayuda a la movilidad pero no provee gran estabilidad.

Nos hayamos, pues, ante una articulación con poca estabilidad ósea y que precisará de otros mecanismos que garanticen un mínimo equilibrio.

ELEMENTOS ESTABILIZADORES PASIVOS.

La cápsula presenta tres engrosamientos en la cara anterior, que son los tres ligamentos glenohumerales (ligamentos de Morris) superior, medio e inferior. Estos ligamentos forman una especie de Z. Su función no es sólo dar espesor anteriormente a la cápsula sino que cada uno de ellos ofrece más tensión de soporte en movimientos específicos.

El ligamento glenohumeral inferior posee la mayor significación funcional, actuando como el estabilizador anterior primario del hombro a 90º de abducción.

Se ha demostrado la variabilidad del tamaño y de los lugares de inserción de los ligamentos glenohumerales; sin embargo, la significación clínica de esto tiene que ser todavía completamente esclarecida, pero se cree que la ausencia del glenohumeral medio puede predisponer a la inestabilidad.

Entre el ligamento glenohumeral superior y el medio existe una zona de debilidad, el foramen de Weitbrecht (aunque algunos autores consideran que no al estar reforzada esa zona por el tendón del subescapular).

También existe una zona más débil todavía entre el medio y el inferior, denominada foramen de Rouvière, donde la cápsula es muy delgada y puede permitir el paso de la cabeza humeral en las luxaciones anterointernas del hombro. El ligamento coracohumeral empieza en la apófisis coracoides y, mezclándose con la cápsula superior y con el tendón del supraespinoso, se inserta en las tuberosidades de la epífisis proximal del húmero (es decir, tiene dos haces: el coracotroquiteriano y el coracotroquiniano). Regula la rotación externa pero es más útil en el soporte pasivo de la extremidad superior contra la gravedad.

ELEMENTOS ESTABILIZADORES ACTIVOS.

Obviamente nos estamos refiriendo a la estabilidad aportada a la articulación por los músculos. La acción más importante en este sentido la realiza una estructura denominada el manguito de los rotadores, formado por la unión de los tendones del subescapular, por delante, del supraespinoso, por arriba y del infraespinoso y el redondo menor, por detrás. Con su contracción desplaza la cabeza del húmero hacia abajo y la comprime contra la glena durante la elevación del brazo.

La inserción del citado manguito configura una zona mal vascularizada, muy susceptible de sufrir isquemia, roturas del tendón de inserción o fibrosis. Dos tercios de los individuos pueden presentar zonas hipovascularizadas. Esta "zona crítica" se afecta más cuando se comprime la cabeza del húmero contra el acromion. La reparación de las lesiones en esta zona es muy precaria debido al déficit vascular.

El bíceps braquial, sobre todo su porción larga, también es muy importante en la estabilidad de esta articulación. La contracción de este músculo hace que se aplique la cabeza humeral sobre la glena, sobre todo en la abducción del hombro, impidiendo así la luxación de la cabeza.

ARTICULACIÓN ESCAPULOTORACICA.

No se trata de una verdadera articulación anatómica, puesto que no une dos huesos, sino que se trata de una sinsarcosis, es decir, que "articulan" dos músculos. Esta "sinsarcosis de Gillis" está formada por el subescapular posteriormente y el serrato mayor anteriormente. Existen dos zonas de deslizamiento en esta seudoarticulación (según Kapandji), una entre el subescapular y el serrato mayor (zona omoserrática) y otra entre el serrato mayor y las costillas (zona parietoserrática).
Este mecanismo permite toda la variedad de movimientos que es capaz de realizar la escápula. Todos estos movimientos orientan la cavidad glenoidea, contribuyendo a aumentar la movilidad del hombro.

MOVIMIENTOS DEL HOMBRO.

El movimiento coordinado de estas articulaciones se denomina ritmo escapulohumeral. El movimiento sólo de la articulación glenohumeral no puede ofrecer un rango de movimiento completo al húmero. Una mayor movilidad en esta articulación representaría que fuese hipermóvil y, por tanto, tremendamente inestable. Teniendo en cuenta que ya es la articulación que más fácilmente se luxa del cuerpo nos podemos imaginar que ocurriría si tuviese menos estabilidad. Por lo tanto el cuerpo debe poseer otro mecanismo que provea movilidad sin comprometer más la estabilidad y este mecanismo es el ritmo escapulohumeral, es decir, al rango de movimiento de la glenohumeral podemos añadir el de la escapulotorácica. Aunque esta relación de movilidad es variable, se acepta que por cada 2º de movilidad de la articulación glenohumeral se realiza 1º en la escapulotorácica.

AMPLITUD DE MOVIMIENTOS.

La articulación escapulotorácica provee, tanto en la flexión como en la abducción del hombro, mediante una rotación hacia arriba de la fosa glenoidea, un movimiento de aproximadamente 60º desde la posición de reposo. La articulación glenohumeral contribuye (depende de los autores) con casi 120º en flexión y de 90º-120º en abducción. El rango de movimiento final combinado es normalmente descrito entorno a los 180º. Por supuesto está sujeto a las distintas diferencias individuales.

En aducción horizontal (flexión horizontal) la glenohumeral provee 90º y el movimiento combinado alcanza unos 135º. Contribución de la columna al movimiento del hombro Aunque frecuentemente pasado por alto, el movimiento de la columna torácica y lumbar contribuye a la habilidad de posicionar la extremidad superior en el espacio, aumentando por lo tanto el movimiento y la función global del complejo del hombro.

Pocos individuos pueden llegar a 180º (tanto de flexión como de abducción) con el rango de movimiento del hombro. El mecanismo que posee el cuerpo para proveer el resto del rango es la columna vertebral. Cuando el movimiento es unilateral la columna realizará una flexión lateral y cuando es bilateral se producirá un aumento de la lordosis lumbar.
Es muy importante tener esto en cuenta cuando se van a realizar ejercicios con cargas por encima de la cabeza.

RESUMEN:

- La articulación del hombro es muy móvil y poco estable. - El conjunto capsuloligamentario anterior del hombro no es muy fuerte y es sensible a las fuerzas de cizalla. - Es muy importante entender el ritmo escápulohumeral para comprender la función de la extremidad superior. - La salud de una articulación depende de su estabilidad.

FEDA

http://www.feda.net

- El manguito de los rotadores es muy importante para la estabilidad del hombro, y se trata de una estructura que se lesiona con cierta facilidad y se recupera mal.
- El bíceps braquial tiene más que ver con las disfunciones del hombro que con sus funciones.

BIBLIOGRAFÍA:

M. NORDIN y V.H. FRANKEL Biomecánica básica del sistema musculoesquelético. McGraw-Hill, 2001
R.C. MIRALLES e I. MIRALLES Biomecánica clínica de los tejidos y las articulaciones del aparato locomotor. Masson, 2005
I.A. KAPANDJI Cuadernos de fisiología articular. Masson, 1997
L. LEAL Apuntes curso E.R.A. Barcelona, 2005
TORTORA y GRABOWSKI Principios de anatomía y fisiología. Oxford, 2002